lunes, 22 de febrero de 2010

Mateo y Javito

Salí los más rápido que pude del baño para que Mateo no note nada.
No tuve tiempo de arreglarme el aspecto. Me topé con Mateo en el pasillo ya casi llegando a la capilla.
-¿Dónde estabas, Eva? ¿Por qué estás así, toda sudada? ¿Estás bien?
-No...no me siento bien. Estoy descompuesta.
-Mirate el pelo, bebé...y, ¿Qué tenés en la boca?
-Es que estuve vomitando...
-¿Pero cómo no me dijiste nada que te sentías tan mal?
-No quería preocuparte. Mejor si nos vamos, ¿sí?
-Sí. Igual primero vamos a saludar y explicamos. No quiero quedar mal con esta gente. Vos siempre tan oportuna, mirá. -dijo un poco ofuscado-.

Me arrastró hasta el salón para saludar a la gente del Opus y les explicó que yo me sentía mal pero que estábamos encantados y que íbamos a volver y...y...
Esa manía que tenía de hablar por los dos y de tratarme como subnormal me sacaba de quicio pero me quedaba cómoda. Que él construya su mundo a su antojo, total no perdemos nada-pensaba-.
Nos subimos al auto y me llevó a casa.
Cuando llegamos lo veo a Javito parado en la esquina ocultándose a medias detrás de la visera de la gorra y las rastas y sonriendo de medio lado, a lo guapo de los años 20. Nos miraba fijo y se reía. Pareciera que lo disfrutaba. Yo me morí de amor.
Mateo seguía parlanchiando.
-A ver si la próxima vez te mostrás mejor. Yo entiendo que te descompusiste pero desaparecer así y no hablar ni una palabra. ¿Qué van a pensar de nosotros? Yo no puedo estar salvando todas las situaciones sociales por tu apatía, Evita. Está bien, yo entiendo que te hayas sentido mal. ¿Qué te habrá caído mal? Estás hecha un desastre. Menos mal que te saqué rápido. Estás toda despeinada. Impresentable...impresentable... Espero que la próxima vez estés a la altura de las circunstancias. Yo necesito una mujer que sepa manejarse en mi mismo nivel social, ¿OK, bebé?
-Sí, mi amor. Quedate tranquilo.
-¿Querés que baje con vos y le explique a tus papás?
-No. No es necesario. Además, me voy a acostar en seguida porque todavía me siento débil.

Le di un beso y me bajé. Mateo siempre esperaba a que yo entre a casa antes de irse, por seguridad. Así que no pude más que guiñarle un ojo a Javito. Aunque no necesitaba más.
Apenas se fue Mateo, Javito estaba entrando por la ventana de mi habitación.

5 comentarios:

  1. Cada vez mejor. Mucho mejor. Mateo es un poco soso y gilipollas, ¿verdad? Pero, no tengo dudas de que será el esposo perfecto.

    ¿Por la ventana? Los veranos son propicios para las gratas sorpresas nocturnas que llegan a través de las ventanas.

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Le diste un beso???????????????????? puajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj, bien hecho, por jodido!!!!!!

    ResponderEliminar
  3. Javito no será el del grupo Red, no?

    ResponderEliminar
  4. jajaja Dolores me ha hecho cgr de risa!!! Pero lo que no has dicho en tu relato es que Mateo y Javito con sus mujeres son parejas swinger Uhmmm?

    ResponderEliminar
  5. Conozco una mujer que tuvo un novio así, como Mateo, cuando le dijo cuándo se iban a casar, adónde iban a ir de luna de miel, cuántos hijos iban a tener y a qué escuela iban a ir, lo dejó. Me explicó: no soy ambiciosa, si lo hubiera sido, era una vida perfecta.

    ResponderEliminar